Preparamos unas albóndigas de calabaza totalmente vegetarianas, las cuales se pueden comer sin salsa, pero en esta ocasión prepararemos una salsa de curry con manzana y piña para acompañarlas. Es una salsa muy rica, tiene unos toques especiados y ligeramente dulce gracias a las frutas y un toque de azúcar.
La salsa puede acompañar perfectamente a las carnes blancas, sobre todo la de pollo, pero en esta ocasión vamos a acompañar a las albóndigas.
Pelamos y picamos la cebolla muy fina, cortamos la piña en dados pequeños al igual que la manzana, a la que solo le habremos quitado el centro, no tenemos que pelarla.
Ponemos una cacerola a fuego medio-bajo, añadimos la mantequilla, una vez caliente le añadimos la cebolla y pochamos hasta que esté transparente.
Añadimos la manzana y la piña, subimos un poco el fuego y rehogamos al menos unos 3 minutos.
Una vez tengamos todo rehogado, añadiremos todas las especias, removemos bien, rehogamos unos dos minutos.
Añadimos la salsa de tomate, el caldo o agua, la mitad del azúcar, y la leche de coco, y la sal.
Dejamos hervir a fuego suave durante 30 a 40 minutos.
Pasado los 30 minutos probamos la salsa y si está aún ácida podemos añadir el resto de azúcar que tenemos reservada.
Una vez terminada la cocción, trituramos la salsa debe quedar lo más fina posible. Probamos el punto de sal.
Picamos la cebolla, rallamos o cortamos en dados muy pequeños la zanahoria y la calabaza, pelamos y cortamos en dados muy pequeños la berenjena.
Ponemos al fuego una sartén con un poco de aceite, pochamos la cebolla cuando esté transparente, añadimos la zanahoria y la calabaza. Pochamos a fuego medio-bajo al menos durante 10 minutos.
Añadimos la berenjena o la patata, rehogamos y añadimos una cucharada de salsa de tomate, seguimos pochando al menos otros 10 minutos.
Una vez terminado retiramos del fuego y añadimos la harina de garbanzo , mezclando bien.
Pasamos la masa a un recipiente amplio para que enfríe, dejamos reposar al menos media hora o hasta que se enfríe, así ayudaremos también para que la masa tome cuerpo.
Ponemos en un plato un poco de harina de garbanzo, untamos nuestras manos con la harina y comenzamos a formar las albóndigas las rebozamos con la harina de garbanzo.
Ponemos una sartén al fuego con abundante aceite, cuando esté caliente freímos al albóndigas hasta que tomen un color dorado, las sacamos a una fuente cubierta con papel absorbente para que pierdan el exceso de grasa.
Las albóndigas se pueden servir acompañadas con arroz, verduras, etc. y añadimos la salsa de curry.
Si lo deseamos podemos calentar la salsa en una cazuela y añadir las albóndigas las cuales les daremos un hervor para que tomen la salsa y ya podremos servirlas.