Esta receta de mermelada casera de limón es muy sencilla de hacer, además no tendrás que quitarle ni la piel, trabajo que ahorramos.
Se puede utilizar en un sin fin de recetas, tomarlo junto con una tostada, acompañando al queso, a la tarta de queso, recetas dulces y en otras elaboraciones culinarias
Esta mermelada podrás conservarla por mucho tiempo.
Lavamos bien los limones, si son comprados mejor que los cepilleis.
Los cortamos a rodajas lo más finitas que podamos, aprovechamos para ir retirando las semillas que veamos.
Los limones cortados los introducimos en un bol, una vez que tengamos todos los limones le añadimos agua a temperatura ambiente.
Tapamos el bol con una tapa o con film de cocina, lo meteremos en la nevera de 24 a 26 horas.
Pasadas las horas de remojo, escurrimos bien los limones, los introducimos en una olla y los cubrimos con agua a temperatura ambiente.
Lo ponemos al fuego medio, cuando comience a hervir contaremos 10 minutos y después apagamos.
Retiramos 300 ml del líquido de hervir los limones a una jarra y lo reservamos, seguidamente escurrimos los limones.
En una olla ponemos los limones, el líquido reservado, el azúcar y si lo deseamos la vainilla.
Removemos bien y la ponemos al fuego medio, dejamos hervir hasta que veamos que los limones la parte blanca ya no tiene ese tono, eso pueden ser unos 30 minutos.
Cogeremos la batidora y batimos bien, volvemos a poner al fuego unos 5 minutos más, comprobamos que está espeso y ya podemos apagar el fuego.
Debo decir que esta mermelada una vez que se enfría se vuelve más compacta, por lo que no intentemos que se ponga extremadamente espesa durante la cocción.
Cogeremos botes de vidrio que previamente los habremos esterilizado.
Iremos rellenando con mermelada los botes, tapamos poniendo los botes boca abajo y dejamos que se enfríen.
Cuando estén fríos si queremos que se conserven con mayor seguridad podemos pasarlos al baño maria.