Con frecuencia recurrimos a las pechugas de pollo para comer en casa ya que son baratas, y fáciles de preparar.
La única dificultad que le veo es que suele ser una carne "seca", pero hay una forma muy sencilla de cocinarlas y que queden jugosas.
Limpiar retirando los posibles excesos de grasa y lavar las pechugas, secar bien las pechugas de pollo con papel de cocina.
Encender el horno precalentando a 200ºC
Primero preparamos la mezcla para marinar la pechuga.
En un bol añadimos el aceite, el comino molido, el pimentón picante y dulce, pimienta molida, el ajo en polvo, la mostaza de Dijon y la sal al gusto, mezclar bien.
Ponemos la pechuga en la bandeja de hornear y untar bien la pechuga con esta mezcla, masajeando bien para que queden bien cubiertas con esta pasta, debéis utilizar toda la mezcla.
Hornear la pechuga durante unos 20-25 minutos, dándole la vuelta a mitad de cocción.
Pasado los 20-25 minutos, se saca y se le echa por encima el zumo de limón y el agua.
Se pone la bandeja otra vez al horno unos 10 minutos más o menos. Una vez pasados los minutos se saca la pechuga del horno, se y se corta en rodajas gruesas.
Volvemos a introducir la bandeja al horno, horneamos 5 minutos y pasado este tiempo le damos la vuelta a la carne para que se impregne bien de la salsa.
Dejamos que se dore un poco y estará lista.