Las torrijas son una de las recetas populares de Cuaresma, no suelen fallar ni faltar en las mesas en esas fechas.
Para hacerlas se precisa pan, pero no fresco, el mejor es que tenga al menos dos días.
Si bien es verdad, también existe hoy en día pan especial para Torrijas, su ventaja es que su corteza es muy blanda y cuesta menos de empapar.
Por lo tanto si usáis pan duro tendréis que empapar el pan con el vino un más de tiempo, que con el pan especial para Torrijas.
A mi particularmente me gusta más con el pan clásico, pero va a gustos.
Poner el vino tinto en un cazo junto con el agua, el azúcar, la peladura de limón - sin nada de piel blanca- y la canela.
Calentar hasta que comience a hervir, cocer 3 minutos, después apagar el fuego y tapar, dejaremos que se vaya aromatizando el líquido mientras se enfría.
Cortamos la barra de pan en rebanadas de unos 2 cm. de grosor, salen de 10 a 12 rebanadas. Las colocamos en una bandeja honda y amplia, debe coger el pan sin amontonarse.
Regamos el pan con la mezcla de vino, dejamos que se empapen bien, debe vigilarse que no queden zonas secas.
Si el pan absorbe el líquido rápidamente, sin que quede nada en la base de la bandeja, y comprobamos que aún queda seco por el centro, se deberá añadir algo más de almíbar de remojo.
En un plato batimos los huevos, ponemos una sartén con abundante aceite a calentar, con fuego un poco alto.
Cogemos con cuidado una rebanada de pan y la rebozamos en el huevo batido, con cuidado para no desbaratarla.
La introducimos en la sartén que ya tendrá el aceite caliente y freímos a fuego alto.
Las torrijas se doran enseguida, cada cara la freímos aproximadamente un minuto y medio, así conseguiremos que no se empapen en aceite.
Ir sacando las torrijas cuando estén fritas, a una fuente con papel de cocina, para que escurra bien el exceso de aceite.
Una vez bien escurridas las torrijas, las rebozamos con azúcar o si os gusta más las podéis pasar seguidamente a una fuente donde las bañaremos con un almíbar de miel que habremos preparado anteriormente, o simplemente sin añadir nada tal como salen de freirlas estan muy buenas.